El dinero americano cruza el charco (y no es por turismo)
Este 2025 está dejando una imagen que hace no tanto habría sonado rara: inversores de Wall Street metiendo su pasta a lo grande en ETFs europeos. Y no es una exageración. Solo en el primer trimestre del año, las entradas han superado los 10.600 millones de dólares. Siete veces más que en el mismo periodo del año pasado. Sí, has leído bien.
Pero, ¿por qué ese giro? Pues por varias razones. Para empezar, Estados Unidos no está tan tranquilo como parece. La bolsa va a trompicones, la inflación sigue dando guerra y la política monetaria allí no da tregua. Así que muchos están buscando alternativas. Y Europa, con todos sus altibajos, ahora parece un sitio con más potencial del que muchos esperaban.
Los sectores que más están tirando del carro son bastante claros: defensa, infraestructuras y renovables. Nada nuevo, pero Europa ha empezado a jugar en serio en esos frentes.
Por ejemplo, en defensa, fondos como el Select STOXX Europe Aerospace & Defence ETF han levantado más de 470 millones en apenas unos meses. Y con empresas como Rheinmetall disparadas en bolsa, no es raro que la gente se quiera subir al carro.
En infraestructuras, Alemania se ha sacado de la manga un fondo de medio billón de euros. Y eso, lógicamente, ha hecho que ETFs como el iShares MSCI Germany hayan duplicado su volumen. Los números no engañan.
Y luego está el tirón de las renovables. Con la energía solar ocupando ya más del 10% del mix energético europeo, las grandes eléctricas como Iberdrola o Enel están subiendo en bolsa y atrayendo dinero como un imán.
¿Y esto qué significa para ti?
Pues básicamente que si aún no estabas mirando a Europa, igual estás llegando tarde a la fiesta. Porque no estamos hablando solo de grandes gestoras o inversores institucionales. Hay muchos pequeños inversores que están empezando a meter parte de su cartera en ETFs europeos buscando justo eso: diversificación, estabilidad y una rentabilidad decente.
Y no es solo por moda. Hay razones de peso. Los ETFs europeos ahora mismo están más baratos (en muchos casos), tienen una fiscalidad más amigable en algunos países, y están muy centrados en sectores que lo están haciendo bien. No es prometer el oro y el moro, es ver oportunidades reales en un mercado que durante años estuvo dormido.
Además, la banca europea ha dado señales de vida. En lo que va de 2025, el sector financiero del continente ha subido más de un 25%, y eso no pasaba desde antes de la pandemia. Si le sumas que mercados como el español o el italiano siguen cotizando con descuentos, el cóctel resulta atractivo para muchos.
Y aquí va el dato clave: este año, Europa está empezando a ser vista como una región “infravalorada” pero con margen de crecimiento. Lo que antes era un “sí, pero…” ahora es más bien un “¿por qué no?”. Y eso se nota en los flujos de inversión.
Así que, si estás revisando tu cartera y te preguntas si deberías mirar más allá del Nasdaq o del S&P 500… puede que 2025 sea el momento ideal para darle a Europa el sitio que merece.