Por qué los ETF son una buena opción hoy
Cada vez más gente se está acercando a los fondos cotizados porque son una manera sencilla y barata de invertir. Con un ETF puedes entrar en mercados muy distintos, desde índices conocidos hasta sectores como la energía o la tecnología, sin necesidad de complicarte demasiado. Se compran y venden como si fueran acciones y además tienen comisiones muy bajas en comparación con los fondos tradicionales.
En 2025 los ETF se han consolidado como un producto básico para inversores de todos los perfiles. El dinero gestionado a través de ellos no deja de crecer y eso confirma que no hablamos de una moda pasajera sino de una herramienta que ya forma parte del día a día de cualquier estrategia de inversión.
Para ti, que quizá estás dando los primeros pasos, lo importante es entender que los ETF no son complicados, solo hay que saber en qué fijarse antes de decidirse.
Cómo elegir un fondo cotizado en 2025
Lo primero es ser honesto contigo mismo y preguntarte qué riesgo puedes asumir y durante cuánto tiempo. No es lo mismo querer invertir un ahorro a largo plazo que buscar algo más puntual. A partir de ahí tendrás que mirar qué tipo de ETF encaja contigo, ya sea de renta fija, de acciones globales o mixto.
Otro punto clave es la liquidez. Si eliges un ETF con poco volumen de negociación, la diferencia entre el precio de compra y el de venta puede ser más alta de lo normal y eso te resta rentabilidad. Cuanta más liquidez, más fácil será entrar y salir sin perder dinero por el camino.
El coste también marca la diferencia. Muchos ETF tienen comisiones muy bajas, a veces del 0,1 % o 0,2 %. Parece poco, pero a lo largo de los años el ahorro es enorme frente a otros productos.
Conviene fijarse en cómo está estructurado el fondo. Algunos replican de manera directa el índice y otros lo hacen de forma sintética, que suele ser más complejo. Si estás empezando, mejor optar por los más sencillos y transparentes.
Por último, revisa si el ETF acumula o reparte dividendos. Si tu idea es reinvertir, lo más cómodo es uno que acumule, pero si prefieres ingresos periódicos, busca los que reparten.
Una lista rápida para no perderse:
-
Define tu perfil y horizonte de inversión.
-
Comprueba la liquidez y el volumen de negociación.
-
Revisa las comisiones totales (TER).
-
Mira la forma de replicación del índice.
-
Decide si prefieres acumulación o reparto de dividendos.
Tampoco hace falta darle más vueltas. No existe el ETF perfecto, lo que importa es que encaje contigo y con tu manera de invertir. Lo esencial es empezar cuanto antes y mantener la disciplina. El efecto del interés compuesto, con el tiempo, hace el resto.