De acuerdo con un estudio anual de la Asociación de Planificación Financiera y la Revista de Planificación Financiera de EEUU, más concretamente, Financial Planning Association and Journal of Financial Planning, los fondos negociados en bolsa se han convertido en el vehículo de inversión preferido de los asesores financieros, con más del 80% de los asesores que están utilizando y recomendando los ETFs a los clientes. Este dato, es más alto que el de cualquier otro producto, incluyendo los fondos de inversión.
Además de los beneficios de diversificación que ofrecen los ETFs, hay que añadir su eficiencia fiscal, algo que les ha ayudado a crecer en popularidad desde 2006, cuando sólo el 40% de los encuestados los usaba para sus inversiones.
Debido a que las tenencias de los ETF se basan en un índice, hay muy poco volumen de negocios de las inversiones subyacentes. Eso significa que a diferencia de los fondos de inversión, cuya composición está determinada y ajustada por un gerente, no hay mucho trading dentro de los ETFs, algo que activarían ganancias de capital impuestos.
Muchos inversores pueden mirar un índice y conocer, en tiempo real, el valor y evolución de un ETF. También es importante para el inversor que los ETFs sean activos líquidos. Porque como sabemos, los ETFs se negocian intradía al igual que las acciones, por lo que los inversores no tienen que esperar a tener los precios al final del día de negociación.
Sin embargo, la creciente diversidad y complejidad de los ETFs es algo que los inversores y asesores también tienen que seguir de cerca. Desde los smart-beta ETFs a productos apalancados y basados en derivados. Hoy en día hay muchos nuevos ETFs en el mercado y el nivel de gestión activa cambia considerablemente. Lo más probable es que el mundo de los ETFs, sea creciendo y evolucionando, y es importante que los inversores conozcan de primera mano las estrategias y sobre todo sus consecuencias.
A continuación te damos algunos artículos que te ofrecen una idea clara de qué son los ETFs.
