Ahorro e inversión, ¿son incompatibles?

A menudo muchos se preguntan si la inversión y el ahorro son cosas diferentes. Lógicamente lo son, pero no tanto como pensamos. El ahorro suponer «guardar» activos para usar en un futuro tanto a corto como a largo plazo, pero no tienen por qué llevar implícita la palabra inversión.

Por otro lado, la inversión supone utilizar nuestros activos ahorrados, para invertir en productos financieros que nos aportarán una mayor cantidad de ahorro. Eso si nuestra inversión sale como habíamos pronosticado. Esto último no es difícil, ya que existen muchos productos de ahorro que no tienen riesgo, aunque como era de esperar la rentabilidad es bastante baja, y más en los tiempos que corren.

Pero a pesar de las diferencias, del ahorro a la inversión hay un pequeño paso. Muchas personas de a pie, tienen miedo a quedarse sin sus ahorro, que a fin de cuentas es lo que necesitarán para vivir en caso de que algo salga mal. Pero la seguridad que hay hoy en día con algunos productos, hace que la inversión sea una opción más rentable, ya que tus ahorros te estarán dando ingresos pasivos prácticamente sin hacer nada.

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  • El ahorro tiene vistas al futuro, a salvarnos de apuros y de situaciones no tan buenas, económicamente hablando. La inversión tiene una visión más allá. Un aumento de ese ahorro a largo plazo, que nos sirva también para esas situaciones, pero al que hayamos sacado una rentabilidad.
  • El ahorro lo realizamos en forma de cuentas o depósitos. La inversión pasa a la bolsa, acciones, fondos de inversión y muchos productos más. 
  • El ahorro supone unos intereses, en general bastante bajo. En la inversión en otros productos además del interés, tenemos dividendos, revalorizaciones, etc.
  • Obviamente hay una negatividad, como en todo, pero que se puede reducir si elegimos el producto adecuado. En la inversión podemos perder nuestros ahorros, aunque existen productos financieros casi 100% seguros que no nos darán muchos quebraderos de cabeza.
  • La inversión y el ahorro son perfectamente compatibles, pero no es igual para todos. Hay que tener en cuenta la estacionalidad, es decir, cada etapa a lo largo del año. Por ejemplo, si tenemos hijos, lo que necesitaremos para el colegio; si nos vamos de vacaciones, si tenemos una boda o algún acontecimiento que suponga un desembolso de dinero, o algunos pagos que realizamos a finales de año. Es importante tener en cuenta todos estos factores a la hora de elegir el porcentaje que destinamos al ahorro y a la inversión.
  • Los bancos ofrecen multitud de productos financieros, que a menudo se adaptan a nuestras posibilidades, y que por supuesto nos permiten ahorrar a la vez que invertimos. Por ejemplo, una cuenta ahorro que nos ofrece una remuneración. Aunque sin duda podríamos sacar mucho más partido a una inversión de un fondo seguro o incluso en depósitos.

Consejo: acudir a la sucursal e informarse de posibles instrumentos de inversión que se adapten a nuestro perfil y que no supongan un riesgo para nuestros ahorros. El beneficio futuro será mayor. 

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