Ahora que llega el nuevo año, son muchos los que hacen la lista de objetivos para el próximo año. Ir al gimnasio, bajar de peso, jugar a la lotería, pedir un aumento en el trabajo, irse de vacaciones… pero si nos fijamos, para todo ello necesitamos dinero. El dinero es ese bien, que tenemos en el banco y en nuestro bolsillo que nos permite comprar aquello que necesitamos (o eso creemos).
Habitualmente, todos esos deseos para el próximo año, vienen acompañados de un pequeño o gran desembolso. Es importante que antes de realizar la lista, hagamos otra sobre nuestras finanzas. Podemos incluir en esos deseos para 2015, algunas sencillas tareas que sanearán mucho nuestras finanzas, y que nos ayudarán a conseguir esos objetivos que tanto queremos.
Lo primer que debemos hacer, es comprobar si podemos hacer más con nuestro dinero. Con esto nos referimos a la rentabilidad. Tener dinero en una cuenta, sin oficio ni beneficio, no es un buen negocio. Hay cuentas remuneradas, que nos darán una baja rentabilidad, pero algo es mejor que nada. Los bancos y sobre todo cuando empieza el año, lanzan productos algo más atractivos, para que sus clientes (y los que no lo son), se pongan a ahorrar o sacar mejor partido a los ahorros.
En segundo lugar, debemos tener claro qué tipo de inversor queremos ser. Arriesgado, conservador o mixto. Para todos ellos hay productos específicos, en los que podemos confiar y depositar parte de esos ahorros de la cuenta remunerada de los que podemos prescindir unos meses. Este tipo de productos nos supondrán una rentabilidad mayor, y veremos como nuestro dinero crece poco a poco, sin tener que ponerlo en riesgo.
Ahora sí podemos empezar con todos esos deseos para 2015. Un coche nuevo, apuntarnos al gimnasio, cambiar la cocina, irnos de vacaciones, etc. La puesta a punto de nuestras finanzas nos ayudará a visualizar mejor nuestros gastos, a conocer si podemos pedir un préstamo o si es hora de empezar a ahorrar para la jubilación. Para conseguir objetivos hay que tener una buena base.
